Playlist del artículo
para que puedas escucharlo mientras lees: enlace.
No sé si el diablo será aficionado al heavy metal,
pero que el heavy metal es aficionado al diablo eso sí lo tengo claro. Su
presencia es omnipresente: los “cuernos” de AC/DC, la mano cornuta que popularizó Ronnie James Dio, himnos heavies como “Highway to Hell” (1979) de
AC/DC o “The number of the Beast” (1982) de Iron Maiden, etc. Y, por supuesto,
en la letra de las canciones.
El satanismo en el heavy metal ha sido un tema controvertido,
o más bien han querido que lo sea. En realidad, en su mayor parte el satanismo
heavy ha sido mera pose o provocación, inspiración romántica y, en raros casos,
auténtica adoración.
Sobre el satanismo “de verdad” en el heavy metal
nos remitimos a otro texto en el que hemos hablado del tema de forma más
amplia: “Satanismo
(II)” y por supuesto al libro Filosofía y Heavy Metal (Laetoli, 2021) en el que profundizamos mucho más.
Pero, en general, el satanismo heavy ha sido más
bien un recurso más de su romanticismo. Es decir, el heavy metal, en su tendencia
romántica a mostrar el lado oscuro de la vida y del ser humano, y en
su reivindicación de la libertad frente a la tiranía y el orden establecido, ha
tomado al diablo como símbolo de esa rebeldía romántica.
Sin embargo, sobre todo en EE UU, el
conservadurismo político y religioso interpretó ese satanismo romántico como si
fuera literal, acusando al heavy metal de todo tipo de atrocidades hechas en
nombre del diablo. Eran los años 80 y la persecución del heavy metal a manos
del PMRC y la censura del parental
advisory. La reacción del heavy metal fue: “¿No quieres sopa?: ¡pues toma
dos tazas!”. Esto es, radicalizó la pose satanista, lujuriosa y perversa de la
que le acusaban.
El diablo como fuente de inspiración está en muchas
canciones heavies. Vamos a repasar tan solo algunas para hacernos una idea de
cómo ven al diablo algunos grupos españoles.
1. Ñu: “Lucifer” (1983)
Como será habitual en otros grupos, aquí Ñu, aunque menciona
al diablo no está claro de quién o de qué habla, o qué simboliza. En este caso:
¿quién es aquí Lucifer?, ¿y quién es ella?
Él estuvo arañando el futuro.
Hurgando en el pasado encontró la tragedia.
Y allí estás tú esperando el momento.
Y en el fondo de su cueva está ella.
Lucifer, Lucifer,
muéstrales tu poder.
Lucifer, Lucifer,
dales a tu mujer.
2. Ángeles del Infierno:
“Maldito sea tu nombre” (1984)
Primer disco de Ángeles del Infierno, llamado “Pacto con el diablo”, y primera canción
del mismo ya dedicada al demonio. Sin nombrarlo, porque el diablo es el
innombrable, le señalan como el auténtico amo del mundo. No obstante, la
ambigüedad de la canción deja campo a la interpretación: ¿de quién o de qué hablan
realmente?
No lo puedo remediar:
te deseo cada vez más
Al principio todo era paz
y contigo llegó la maldad
Príncipe de las tinieblas, con un fuego arrasador
has escrito la historia de la humanidad.
Haces siempre lo que quieres sin tener piedad.
Dios eterno, todo lo haces a tú voluntad.
¡Maldito, maldito sea tú nombre!
Por cierto, la última canción del mismo disco tiene al mismo protagonista. Aquí
se remite a la temática de los pactos satánicos: venderle el alma a cambio de
algo. Pero pasa como en la anterior canción: ¿realmente habla del diablo?
3. Muro: “Pacto de sangre”
(1992)
No tengo que parar,
lo debo conseguir:
mis planes de poder
se cumplirán al fin.
Y no me importa
que tenga que matar,
ya tengo un socio
que me lo conseguirá.
Pacto de sangre
con el diablo firmé.
Pacto de sangre
el mundo caerá a mis pies.
4. Corazones Negros: “Rey
en la oscuridad” (1992)
Hace siglos que te haces llamar: ¡Satán!
Cualquier día te manifestarás arrasando a la
humanidad.
Más allá, en la oscuridad, las cosas no son así,
y Satán es un holgazán, se está riendo de ti, sí,
de ti.
5. Mägo de Oz: “El ángel
caído” (1996).
En esta canción de Mägo de Oz el diablo aparece como el reverso
oscuro del propio Jesús de Nazaret y se le identifica con todas las religiones
organizadas. En ella, el demonio le cuenta a Jesús cómo ha hecho para que todas
las religiones sean productos del mal disfrazadas de buenas intenciones.
Mi negra alma con tu fe disfracé,
con la ayuda de tus siervos he hecho en Roma un
burdel.
Mis diez cabezas hacen el amor
contagiando hambre, SIDA, guerras y destrucción;
y desde hace algún tiempo en la política estoy.
(…).
Las religiones por mí trabajan ya:
la Santa Inquisición, integrismo musulmán,
judíos, sectas varias, testigos de Jehová.
6. Avalanch: “El ángel
caído” (2001)
En esta canción Avalanch da voz al mismísimo
diablo, en la que reflexiona sobre sí mismo, su lugar en el mundo y sobre la
libertad. A diferencia de los seres humanos, que son mortales y libres, él
sufre la eternidad y la falta de libertad. Lejos de la imagen malvada y
perversa del diablo, aquí se nos presenta otra en la que filosofa y sufre.
El hombre es libre, es el elegido.
Simple mortal que vive en libertad.
Nace y muere, elige su camino.
Y en cambio, yo sufro la eternidad (…)
¿Dónde está mi lugar?
En el cielo estoy de más.
¿Dónde puedo volar en libertad?
7. Lujuria: “Lilith”
(2001).
“Tu esclava yo nunca seré”,
Lilith le dijo a Adán.
“Antes me marcharé,
aunque tenga que irme a vivir
con el mismo Satán".
8. WarCry: “El anticristo”
(2005)
Aquí también es el propio diablo el que nos habla en este tema de WarCry.
En la canción se nos muestra como símbolo de rebeldía y libertad, orgulloso de
su rebelión contra Dios (o lo que pueda representar: el orden establecido, las
modas, los prejuicios…):
Me expulsaron de los cielos, la batalla se perdió.
Fui condenado al infierno por su inmensa compasión.
Y, aunque hijo de él, yo sé que he nacido libre.
Libre para elegir cuál es mi decisión.
Tenga o no la razón, me es indiferente:
el camino a seguir tan solo lo marco yo.
9. Obús: “El pastel del
demonio” (2018)
Obús reivindica aquí al demonio en su aspecto más romántico, como símbolo de lo
prohibido, de lo peligroso, de la tentación y el vicio: el pecado como virtud.
Bienvenidos al infierno
de un demonio como yo (…)
Soy el rey del pecado
que te roba la razón (…)
Exploramos lo prohibido
Disfrutamos del amor.
Jugamos sin barreras.
Marihuana para fumar
10. Lujuria: “Somos Belial”
(2019).
Solo
hay un dios en mi vida:
yo
mismo soy el Señor.
Lo
que tú llamas pecado,
yo
lo llamo bendición (…)
Somos
Belial:
el
que no tiene dueño.
Somos
Belial:
sin
Dios, ni amo, ni reino.
Andrés Carmona Campo. (@acarmonacampo). Licenciado
en Filosofía y Antropología Social y Cultural. Profesor de Filosofía en un
Instituto de Enseñanza Secundaria. Coautor del libro Profesor
de Secundaria, y colaborador en la obra colectiva Elogio
del Cientificismo junto a Mario Bunge et al. Autor del libro Filosofia y Heavy Metal (Ed. Laetoli, 2020).
Comentarios
Publicar un comentario