11/09/2021
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Friedrich Nietzsche (1844-1900)
es uno de los filósofos más relevantes y, curiosamente, también en el rock. En Filosofía y Heavy Metal le hemos dedicado un apartado específicamente para él. Pese a ser de los más conocidos, también es de los peor entendidos. En parte, eso se debe
al propio Nietzsche y su estilo. Un estilo deliberadamente provocador y además
expresado en forma de aforismos: sentencias relativamente cortas pero cargadas
de metáforas, simbolismos y alegorías.
Una de las más
conocidas es su famosa: “Dios ha muerto”. Aparece en una de sus obras también
más conocidas: Así habló Zaratustra (1885)
y previamente en La Gaya Ciencia (1882).
En ambas, la frase es pronunciada por un personaje extravagante: en Así habló Zaratustra por el propio
Zaratustra, el profeta de la muerte de Dios, y en La Gaya Ciencia por un loco.
Zer-Bizio?: “Dios ha muerto
(en Larrauri)” (1986).
La frase es impactante
ya de entrada: ¿cómo puede morir Dios si es inmortal, eterno? Obviamente,
Nietzsche no se refiere ni a Dios ni a la muerte literalmente. Ahora bien, ¿qué
quiere decir, exactamente? Nunca ha estado claro del todo. Como ninguna de sus principales
metáforas: la voluntad de poder, el superhombre, el retorno eterno de lo
idéntico, etc.
Acutor: “Dios ha muerto”
(1988).
La interpretación más
común señala a “Dios” como cualquier pretendido fundamento último o definitivo
de la realidad, el conocimiento, la moral, la política o lo que sea. La “muerte
de Dios” sería la negación de cualquiera de esos fundamentos. La vida (otra metáfora
de Nietzsche) es movimiento, devenir, cambio… Cualquier fundamento sería
negarlo pues supondría que hay algo perenne, inmóvil, permanente frente al
cambio. Y eso es a lo que Nietzsche se opone. De ahí se deriva su crítica a
todo pensamiento que, de una forma u otra, ha procurado establecer algún
fundamento como podrían ser: la realidad, la verdad, la libertad, la igualdad,
la justicia, la revolución, etc. Por eso Nietzsche carga contra casi todos y no
deja títere con cabeza: Sócrates, Platón, la religión (especialmente la
cristiana), el racionalismo, la Ilustración, el socialismo, etc. Todos ellos se
aferran a un fundamento (cada uno el suyo) y según él derivan en una moral de
esclavos o débiles.
Pi L T: Hil Da Jainkoa [Dios
ha muerto] (1996):
Ante la muerte de Dios
caben dos opciones: el nihilismo y el superhombre. El nihilismo es la ausencia
total de valores, la nada (del latín nihil).
Lo que puede conducir a la desesperación (no saber qué hacer), al libertinaje
(el desenfreno), al cinismo (vivir como si Dios no hubiera muerto) o al
resentimiento (negar la muerte de Dios y afirmar que sigue vivo). Superhombre
es quien acepta la muerte de Dios y ante la ausencia de valores inventa los
suyos propios. Es lo que le dota de una moral de guerreros. Es la ética o
carácter (un ethos) de quien se hace
a sí mismo y dice un sí alegre a la vida entendida como cambio y devenir. Es
quien acepta la vida tal y como es y pretende superarse sin confiar en otras
vidas ultraterrenas ni utópicas y sin someterse a ningún fundamento que le dé razón
de sus acciones (ya sea religioso, moral o político).
Vudú: “Dios ha muerto” (2004):
Todo lo anterior dicho
así, en abstracto. El problema llega en la práctica. Concretamente, ¿quiénes
son superhombres? Tan difícil es la cuestión que ideologías tan opuestas entre
sí como el anarquismo y el nazismo han reivindicado a Nietzsche para sí y lo
reverencian.
Los anarquistas vieron
en Nietzsche y en la muerte de Dios un aliado en contra del Estado, la religión
y la moral. “Dios” sería un símbolo de la Autoridad que ellos detestan, la
muerte de Dios sería la anarquía, y el superhombre el anarquista que mata a
Dios cuando acaba con todas las formas de Autoridad: la religión, la moral y especialmente
el Estado.
Shaila: “Dios ha muerto” (2004)
Los nazis se fijaron
más en el concepto de superhombre, interpretándolo como la raza aria y
perfeccionada que ellos querían lograr a base de purificarla de las impurezas
del mestizaje racial. Un hombre superior al actual (un super-hombre) tanto en lo físico (más fuerte, más valiente, más
varonil) como en lo espiritual (la cosmovisión nazi sería esa moral de guerreros
opuesta a la de los débiles o esclavos).
Sea como sea, lo cierto
es que la frase de Nietzsche (y toda su filosofía) ha sido influyente en toda
la filosofía posterior: el existencialismo, la hermenéutica o el posmodernismo
tienen en Nietzsche un referente ineludible.
Vision Divine: “God is
dead” (2005).
La influencia de
Nietzsche llega también al rock. Varios grupos de estilos distintos se han
interesado por su filosofía o han utilizado su aforismo más famoso
(reinterpretado a su manera muchas veces). A lo largo del texto hemos ido diseminando
algunas de esas canciones.
Vader: “Helleluyah!!! (God
Is Dead)” (2006).
Pero donde más ha influido la
filosofía nietzscheana ha sido en el subgénero del black metal. Nietzsche llega aquí de la mano del anticristianismo y
el satanismo. El propio Nietzsche echó pestes del cristianismo y admiraba a las
culturas paganas precristianas. Satanistas como Anton LaVey, fundador de la
Iglesia de Satán y autor de la Biblia
Satánica, se inspira tanto en Nietzsche para su propia versión del
satanismo que puede decirse que no es otra cosa que Nietzsche aderezado de
frikismo satanista. El black metal
recoge toda esta influencia y la expresa en sus canciones. Gorgoroth, por
ejemplo, tiene dos discos titulados con nombres de libros de Nietzsche: Antichrist (1996) y Twilight of the Idols (2003). Los libros de Nietzsche son El anticristo (1888) y El ocaso de los ídolos (1889). Otro
ejemplo es el proyecto musical de Andrew Harris “Akhenaten” llamado Judas
Iscariot y una de cuyas canciones se llama, precisamente, “Nietzsche”
(1995).
Black Sabbath: “God is
dead?” (2013).
La frase “Dios ha
muerto” ha derivado también en la fórmula “X ha muerto”, donde X puede ser cualquier
cosa de la que queramos decir que está en decadencia, que ya no es lo que era,
que ha decepcionado, que se ha desprestigiado, etc. Marilyn Manson, por
ejemplo, la utiliza para decir que “el rock ha muerto” (1999).
Marilyn Manson: “Rock is
Dead” (1999):
Otras veces se ha usado
en sentido contrario, como cuando The Exploited decidieron llamar a su primer álbum
Punk’s not dead (1981): el punk no
está muerto. Era su forma de decir que el punk seguía en buena forma frente a quienes
afirmaban que el género no daba ya más de sí.
The Exploited: “Punk’s not
dead” (1981):
Muchos años después, Gayola
transmite la misma idea: “El punk no ha muerto”:
No sé si Dios estará muerto o no, pero lo cierto es que la frase que anuncia su muerte sí que está muy viva.
Andrés
Carmona Campo. Licenciado
en Filosofía y Antropología Social y Cultural. Profesor de Filosofía en un
Instituto de Enseñanza Secundaria. Coautor del libro Profesor
de Secundaria, y colaborador en la obra colectiva Elogio
del Cientificismo junto a Mario Bunge et al. Autor del libro Filosofia
y Heavy Metal (Ed. Laetoli, 2021).
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