La entrada de hoy es especial. Se trata de una carta abierta que me escribe un lector del libro en la que me indica sus impresiones y, además, inicia un debate a partir de su crítica al propio libro. Publico esta carta abierta, con permiso de su autor, y aprovecho para agradecérselo y animar a quien lo desee a ponerse en contacto conmigo. ¡Gracias de nuevo, Pedro!
Contacto: rockandphilosophy@gmail.com
Twitter: @rockandphiloso1
Hola Andrés.
Mi nombre es Pedro y cuando descubrí tu libro Filosofía y heavy metal no pude evitar sentir una sensación de
enorme alegría y satisfacción. Al leer tu biografía experimenté, no puedo
negarlo, una sensación de sorpresa y asombro al comprobar que has seguido los
estudios y te dedicas a dos pasiones que compartimos: en primer lugar, la
Filosofía y por extensión la Antropología y en segundo lugar el Heavy metal.
Cuando asimismo comprobé las intenciones de ese libro mi sorpresa se acrecentó
al ver que intentabas aunar las dos pasiones que como luego al ir leyéndolo
reafirmé, compartíamos hasta el extremo de coincidir en muchos planteamientos y
contenidos (aunque luego explicaré las discrepancias que me han surgido
respecto de algunos puntos) y sobre todo en ese intento de relacionar y
complementar esas dos pasiones y amor por dos materias tan aparentemente
dispares pero que mantienen, a poco que se analicen y profundice en su estudio,
una conexión increíble. También he comprobado que utilizas una forma de
exposición que ya se encuentra presente en algunos de los trabajos que sobre la
misma materia he desarrollado a lo largo de mis estudios de Filosofía (lo de filósofo
es una categoría que no me atrevo a atribuirme) y de Antropología.
Así que mi
intención es abrir un debate filosófico-antropológico con alguien con el que a
priori comparto un amor y una pasión por dos disciplinas, la Filosofía y el heavy
metal, que nos proporcionan momentos apasionantes aparte del enriquecimiento y
crecimiento personal que suponen su práctica y desarrollo. Vaya pues de entrada
mi respeto, admiración y felicitaciones por todo lo que trasmites y expones en
tu libro, pues como iré desgranando es mucho de lo que yo, asimismo, comparto.
Lo primero que
quiero destacar es tu valentía y arrojo a la hora de intentar ensamblar la Filosofía
con el heavy metal. Un lego en ambas materias a buen seguro que lo primero que
mostrará es una incredulidad por ese intento, osado te calificarían a la hora
de unir dos “cosas” que parecen tan opuestas y sin relación aparente alguna.
Pero mi interés por los estudios que desarrollé y sigo desarrollando de ambas
disciplinas académicas, así como en lo que respecta al heavy metal, como fan y
seguidor desde hace muchos años (yo ya lo denomino uno de mis acompañamientos
vitales) van en la dirección que tu marcas o que por lo menos creo que
pretendes: prestigiarlas por un aspecto común que comparten: su abandono y
falta de interés manifiesto de la sociedad en general y de los ambientes
académicos por ambas. No en vano creo que ambos campos se complementan
perfectamente. Por un lado, en cuanto a la filosofía y los que profesamos el
amor a la misma, y a la sabiduría, nos ayudan y son un apoyo inexcusable para intentar
desarrollarnos como personas, enriquecernos y en definitiva crecer y
desarrollar el espíritu crítico y reflexivo. Tarea que asimismo propicia el
heavy metal en un campo específico: el arte y la música en particular.
Como te he
dicho comparto muchas cosas y planteamientos, pero en otros creo que puedo
aportar matices o argumentos que los pueden desarrollar o ampliar. En algunas
cosas discrepo en lo que dices, pero los debates pienso que son para eso: para enriquecernos
con posturas que a veces se nos escapan y que, con una mente abierta como la
que pienso tu posees, podríamos mejorar y complementar para a la postre obtener
el objetivo común: dar visibilidad y exponer lo que nos dan y proporcionan.
Y sobre todo
darles el reconocimiento muchas veces negado y prestigiarlas como campos de
conocimientos, experiencias y sabiduría que su práctica activa proporcionan a
quien se sumerge en su fascinante mundo: el del pensamiento, la Filosofía y el
de la acción práctica el heavy metal.
Son muchos los
desarrollos que pueden proporcionar su estudio, así que esto no será solo
cuestión de unas pocas palabras, sino que pretendo ampliar, dentro de nuestras
posibilidades todo el campo de estudio y relación que mantienen y que se irá
viendo conforme se desarrolle la exposición y argumentación y que nos llevarán
al final a darnos cuenta, en realidad a nosotros no, pues conocemos de que
tratamos sino a un público en general que los desconozca, de las relaciones que
mantienen ambas disciplinas.
Una vez leído
quiero destacar estos puntos o aspectos de tu discurso:
Me gusta
(dejando claro que el “gusto” es una categoría estética y por tanto subjetiva)
y comparto la exposición que haces y el uso de canciones o fragmentos de las
mismas para ilustrar la etapa o movimiento filosófico con el que pueden estar
relacionados dichos textos musicales. Destacas y destaco el campo temático de
la mitología (muy utilizado por los grupos heavies: ejemplo claro el de Tierra
Santa) y de cómo ilustras el paso que supuso del mito al logos o razón
(nacimiento de la filosofía).
Primera
adscripción del heavy metal a la Filosofía
Epicúrea y a su Jardín como lugar de reunión ejemplificado en los garitos,
conciertos y lugares de reunión de la comunidad heavy o de los heavies
(creación de un sentimiento de identidad grupal y verse identificados por unas
pautas de comportamiento compartido: vestimenta –estética-, gustos musicales o
valores y principios morales y éticos).
Primer
matiz: enfatizas en demasía dicha adscripción al epicureísmo dando una
sensación de autoaislamiento y cerramiento de dicha comunidad. Por contra los
heavies trabajamos en otros ámbitos, estudiamos y nos socializamos con otras gentes,
aunque primemos la unión con los “nuestros”. Así que pienso, sin descartar sus
puntos en común con el epicureísmo que es un movimiento cultural-musical más transversal,
aunque a veces puede dar la sensación de que estemos en nuestro mundo sin hacer
mucho caso de lo que nos rodea. Practicamos una especie de autoaislamiento
social. Estar, pero a la vez no estar en la sociedad (deriva del hecho de que
no nos gusta ni complace; además de que nos ningunea y rechaza).
Así que pienso
que en determinados aspectos también se adscribiría con el movimiento
filosófico de los escépticos (ese no
creer en los valores que propugna la sociedad en la que vive y con la que
convive), y con los estoicos (ese “aguante”
del heavy en tanto que persona que sufre la discriminación y marginación,
aguante estoico ante un destino, que él si ha elegido en tanto que se
autoproclama heavy pero hallándose inserto en una sociedad a la que deja de
lado y que le deja de lado).
También tiene
aspectos en común con el idealismo
platónico: esos mundos que imagina y canta en sus canciones; esos paraísos
perdidos o añorados, en definitiva “ideales”. Ese buscar alternativas ideales a
un mundo lleno de injusticias, desigualdades y arbitrariedades con el que en
absoluto está conforme.
Ese refugio
ideal en forma de canciones que trascienden al mundo real y nos sumerge en un
mundo ideal, de sueños. Es muy recurrente la temática sobre los sueños.
Y por supuesto
haces una gran analogía con los diálogos socráticos en busca de los tres
ideales platónicos: la verdad, la felicidad y la belleza, o el ser de las
cosas. Existe por tanto también una aproximación del heavy metal a la filosofía
platónica que busca la esencia de las cosas (el ser) frente a las apariencias.
Ante dichos
planteamientos antepones la filosofía como evolución
en una clara referencia a la disciplina antropológica que procesas, pero yo me
pregunto: ¿por qué Iron Maiden o Judas Priest por poner dos ejemplos
significativos de lo que se considera heavy metal clásico o AC/DC en su
vertiente más hardrockera permanecen tras unas larguísimas trayectorias
profesionales y a pesar de los años dedicados con plenitud a este estilo
musical; por qué digo perduran después de tantos años? ¿Acaso no podría deberse
a que hacen algo eterno, con esencia, que trasciende? Los grupos, esos grupos
que han alcanzado el rango de “clásicos” precisamente lo son porque tienen
esencia (no sólo apariencia, que también): esa es la esencia, el ser del heavy
metal, lo que va más allá de la única esencia musical: ese algo más de lo
meramente musical. Algo verdadero (o auténtico), bello, bueno o valioso, no con
connotaciones éticas, que también. Por tanto, también hay mucho de Platón en el
heavy metal.
El tratamiento
que haces sobre la religión y el heavy metal o la religión en el heavy metal me
parece de lo más atinado y creo que aciertas a la hora de situar a esta música
respecto de aquella utilizando unos argumentos muy buenos (la hipocresía de
dicha institución social; reacción ante la persecución que ejecuta contra este
movimiento musical, o planteamientos que podrían entrar en el campo religioso
pero dándole la vuelta: adoración de otro ser contrapuesto al dios religioso:
satán) para concluir que, a pesar de los intentos de adscribir al heavy metal
en tanto que religión (la religión del
metal aunque en forma totalmente alejada de lo que se suele denominar una
religión institucionalizada) se encuentra muy alejado de dicha institución
social, lo cual no deja de ser un posicionamiento “político” (el situarse al
margen o frente a ella) lo que dotaría al heavy metal de un aspecto fuera de la
supuesta y única esencia musical que continuamente atribuyes al heavy a los
heavies.
Además, también
mencionas el hecho de que el heavy tiene como uno de sus más firmes valores el
de la libertad o la consecución de la misma. ¿Acaso el posicionarse en defensor
de la misma frente a poderes totalitarios y excluyentes como los de las
iglesias no supone asimismo un aspecto con connotaciones evidentemente “políticas”?
Lo cual nos permitiría hablar del heavy metal como mucho más que música, o con
una esencia que no se queda en el aspecto meramente musical.
Claro que en el heavy metal hay política, como en todos los aspectos de la vida; la cuestión es la adscripción que hagamos de él en un espectro de la misma, a la izquierda o a la derecha de acuerdo a lo que convencionalmente se viene estableciendo como “política”. Y en tanto en cuanto hace de la defensa de la libertad una de sus principales banderas y señas de identidad, esta desde luego no casa con aspectos defendidos por determinados partidos políticos (aunque la utilicen para sus estrategias de alcanzar el poder) alejándose por supuesto de ideas totalitarias y posicionamientos deshumanizadores situados radicalmente en las antípodas de lo que tiene que ser un humanismo defensor de valores como la paz, la igualdad, la libertad y la fraternidad entre los pueblos (valores que propugna sin ningún género de dudas el heavy metal). ¿Cabe esto desde posiciones de derechas o desde partidos de derecha, o mejor dicho su proclama desde estos ámbitos de la política? La pregunta se responde por sí sola. El heavy metal siempre ha estado en y por la defensa de las causas justas (a veces imposibles o muy difíciles de conseguir) frente a tiranías religiosas, políticas o de otra índole y por esto, vuelvo a preguntarme:
¿Cae en el
espectro político de la derecha o de la izquierda?
Creo y pienso
que el escoramiento del heavy metal está claro. Lo demás es tratar de descubrir
el sexo de los ángeles.
Destacas y
comparto su engarce con el romanticismo
frente a un iluminismo o Ilustración fijado en exceso a la razón y que obvia
otros aspectos, emotivos, sensibles, emocionales o sensitivos, también parte de
la naturaleza humana y por tanto necesarios para una comprensión completa de la
misma.
El heavy metal y sus innumerables subgéneros
(su estudio nos llevaría horas y horas de debate) beben indudablemente de esos
otros aspectos de la naturaleza humana como pueden ser la oscuridad, lo
terrorífico o la muerte. También se puede entender como una reacción romántica
a los ideales de la ilustración (esta idea la desarrollo en un trabajo
anterior). Así pues, estoy de acuerdo en
que quizás el heavy escore más hacia ese lado de la no razón o “sinrazón”,
romántico. Aquí también podríamos hablar largo y tendido sobre los aspectos
estéticos que priman en el heavy: no sólo en tanto que elementos identitarios e
identificativos (apariencia del heavy en tanto que individuo) frente a otros
estilos musicales sino también los aspectos literarios en lo que respecta a los
textos de las canciones y las temáticas tratadas en sus letras. El análisis de
las letras y sus significados y contenidos darían también para un tratado
aparte. Pero esos aspectos también nos dan una pista sobre los elementos
identificativos y esenciales del heavy metal y que nos permitirían hablar de un
“ser heavy”.
Puntos de
mayor fricción y que matizo por no compartir o no hacerlo tal y como lo
planteas.
Cuando hablas
de la adscripción política o no de la música heavy. Pienso que en ese intento
de desideologizar al heavy en tanto que movimiento cultural-artístico-musical
etc. etc. le privas de una de sus principales señas de identidad: su lucha y
denuncia social y política de las causas injustas y desigualdades, campo
prioritario de los movimientos políticos de izquierda. Sus letras hablan por sí
mismas en muchos grupos sobre sus tendencias políticas (sea de manera expresa o
explícita o implícita y más metafórica). También tratas de diferenciar en
exceso el punk del heavy y más que criterios de diferenciación (que los hay)
creo que es mejor centrarse en los puntos de complementariedad que mantienen.
De hecho, un amante de la música heavy es raro que igualmente no muestre gustos
musicales por muchos grupos de punk, aunque es cierto que quizás este sea un
movimiento más “politizado”. Como heavy también me gustan grupos punkies con
mayor carga ideológica y política.
Así que sí
pienso que el heavy se identifica indudablemente con una izquierda política (no
exclusivamente marxista o anarquista: creo que bebe de ambas) y nada más
alejado que de movimientos políticos de derecha. No creo que existan muchos
heavies que voten a partidos de derecha…aunque ya sabemos que todos los cisnes
son blancos…hasta que aparece uno negro, aunque por ello aquellos nunca
perderán su esencia, ni de su “cisneidad” ni de su “blancura” …
El apartado en
el que hablas sobre el feminismo también es digno de destacar. Explicas muy
bien como el heavy ha pasado de ser en sus orígenes machista y asumir el
patriarcado (las mujeres brillaban por su ausencia en los grupos heavies salvo
honrosas excepciones) a hacer suyos planteamientos feministas como la
emancipación de la mujer o la libertad sexual, o directamente denunciar los
abusos y agresiones contra ellas, cuando no a ser abiertamente feminista. Y no
negaremos que el feminismo es una ideología política.
Quiero
mencionar a una de sus más insignes representantes: Simone de Beavoir, una de
cuyas frases más célebres es la de que “lo personal (el sexo) es político” (¿hay
algo más personal que el sexo?) y si el sexo y el feminismo lo son y el heavy
metal lo asume (esto es indudable y das varios ejemplos como el del grupo
Lujuria) en este sentido creo que también está claro: el heavy metal hace
política y particularmente comparte una ideología feminista, por lo tanto se
cae el argumento de su apoliticidad. Y política de izquierdas y feminista,
aunque el debate sobre el feminismo y su posicionamiento ideológico a la
derecha o izquierda también daría para mucho.
Todo esto es
extensible al ecologismo y al pacifismo de los que el heavy metal también se
nutre como muy bien dices y comparto, todos ellos aspectos políticos que como
muy bien argumentas también hace suyos el heavy metal, para después en un
ejercicio de malabarismo dialéctico despojarle de su esencia política y
reducirla al aspecto meramente musical. Después de todo esto ¿aún podemos
afirmar que el heavy metal es apolítico? ¿Acaso no es hacer política el
defender dichos planteamientos? ¿Desde dónde se defienden los mismos y desde
que posiciones políticas?
La apoliticidad que le atribuyes o se le
atribuye últimamente por parte de personajes (sin que con ello pretenda
menoscabar su libertad a expresarse como crean conveniente, faltaría más) que
un día estuvieron (falsamente) en la defensa a ultranza del heavy metal y que
se consideraron ejemplos de lo que significaba y significa el mismo y que
curiosamente ahora se identifican con ideas situadas en las antípodas del
heavy; o su desideologización, creo
que más bien es fruto de una ignorancia sobre las raíces y orígenes de dicho
movimiento musical (o simplemente de la más pura ignorancia cuando no raya la
estupidez más absoluta) aunque los matices y la complejidad es enorme
dependiendo de los lugares donde nacen y se desarrollan los grupos heavies y
viven sus seguidores (no olvidemos que el heavy, aunque no nos guste, se
encuentra inmerso en una sociedad o cultura determinada). Por eso también creo
que el heavy es mucho más que un movimiento únicamente musical (no solo es
música) sino que trasciende otros ámbitos y también es político (y de izquierdas),
social, y comprometido, aunque los Rolling defiendan que es sólo rock and roll,
“pero me gusta”; o como dices dicen Los Suaves con su “no puedo dejar el Rock”.
Yo añadiría lo que aducen los alemanes Primal Fear con su máxima “Metal is
forever”.
Su grandeza
pienso, recae precisamente en que, aunque indudablemente es música, es mucho
más que música y abarca campos mucho más amplios: sociales, políticos
(adscripción en la izquierda política), estéticos, éticos, antropológicos y
filosóficos.
Pienso que es
una evidente contradicción el atribuirle, como haces perfectamente durante todo
el libro, aspectos filosóficos y su engarce y hermanamiento indudable con la Filosofía
(como comparto) para luego dar a entender que se queda ahí exclusivamente: en
la música.
Su grandeza,
complejidad y autenticidad se derivan precisamente de ese “ir más allá” de lo
meramente musical y trascender o adscribirse a otros campos.
La adscripción
política del heavy metal a la derecha no es sino fruto del desconocimiento e
intento de desideologización que se pretende, precisamente desde ámbitos de la
derecha, para desnaturalizarlo y privarle de su esencia: su aspecto rebelde, contestatario
y crítico con posturas totalmente opuestas a lo que es en esencia y significa.
Lo demás son solo intentos o “despistes” intelectuales o filosóficos para
dotarlo de unos aspectos que le son totalmente ajenos. Hay una esencia o un ser
heavy y si no se es o se pierde aquella ya no lo es; entonces es otra cosa. Y
por eso el heavy es tan complejo y rico: precisamente porque va más allá de lo
meramente musical (aunque sea evidentemente su aspecto más característico:
porque primeramente es música).
Frente a la
modernidad líquida, sin referentes ni esencias, vaciada de contenidos,
principios y valores; ante el vaciamiento y relativización en todos los
aspectos de la vida, se alzan el heavy metal y la Filosofía como asideros
inmutables, inasequibles al desaliento, como faros ante los procelosos envites
de la vida.
Por ello
perduran, son eternos y se mantienen firmes. Por eso el heavy metal trasciende
a las personas. Estas nacen (viven a duras penas) y mueren, pero aquél siempre
perdura porque tiene una esencia, un algo más, una sustancia que va más allá de
los individuos (que muchas veces pierden el norte y vagan descabezados por los
caminos de la vida). Por eso las personas se unen a él con el trascurrir de los
años. Por eso va más allá y es más que música: también es filosofía,
antropología, ética, estética y por supuesto política.
Y llegados a
este punto y después de esta larga exposición pienso que es hora de hacer una
pausa. Con ella no he pretendido sino aportar y enriquecer en la medida de mis
posibilidades y de mis puntos de vista los magníficos planteamientos que he
vislumbrado en tu libro y que como te dije al principio comparto en gran
manera. Las discrepancias surgen de una lectura crítica del mismo y una
profunda reflexión sobre los aspectos que mencionas y referidos en todo momento
a esas dos grandes pasiones y amores que compartimos: la Filosofía y el Heavy
metal. Materias olvidadas cuando no desprestigiadas y puestas en cuestión y
ante las que siempre nos hemos de vérnoslas para intentar dotarlas del valor
que, si bien nosotros le reconocemos, la gran mayoría desconoce o ignora.
Por eso me he
visto en la necesidad de escribir estas líneas: con la sana intención de
complementar y aportar o matizar puntos que, aunque en algunas ocasiones
discrepe como así ha quedado patente, creo que se verán afianzados gracias a un
debate e intercambio de ideas siempre, eso sí, manteniendo el respeto, la
dedicación y la admiración por ambas. Recibe un cordial y afectuoso saludo
filosófico-heavymetalero.
PEDRO JOSÉ SERÓN
PEQUERUL
Julio 2021
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