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El forajido como arquetipo romántico del heavy metal en 11 canciones (Andrés Carmona)


21/06/2021

Playlist del artículo para que puedas escucharlo mientras lees: enlace

En el libro Filosofía y Heavy Metal (Ed. Laetoli, 2021) he caracterizado al heavy metal como epicúreo, romántico y libertario. En el libro intento explicarlo, y en este enlace hay un resumen de lo anterior y del que extraigo estos párrafos:


El heavy metal es romántico (anacrónicamente considerado) en el sentido que tiene este término como movimiento cultural contrapuesto a la Ilustración en el siglo XIX. En este sentido encarna los valores románticos y su tendencia hacia el lado oscuro del ser humano. Si la Ilustración reivindicaba las luces, la razón, el progreso, etc., el romanticismo lo contrapesa con lo lúgubre, lo siniestro, lo irracional, los sentimientos, etc. De ahí la tendencia heavy a los mundos de fantasía, las leyendas, los horrores, la muerte, lo satánico, etc., y que sirve de inspiración para canciones que, como decíamos, son fines musicales en sí mismas.

La idea de libertad ilustrada era racionalista: el sapere aude de Kant o pensar de acuerdo a la razón pura por uno mismo. La libertad romántica es otra cosa. Es el dejarse llevar por los propios sentimientos y emociones en vez (o además) de por la pura razón, asumir las propias contradicciones, ir contracorriente y ser uno mismo diga lo que diga la sociedad, la ley o la religión. De ahí que las figuras románticas de la libertad sean los marginados, los delincuentes o el mismísimo diablo.

En este texto nos interesa esa figura romántica de la libertad a través de la que se expresa el heavy metal. Si tomamos la idea de los arquetipos de Jung, se correspondería con el forajido: quien vive a su aire y muchas veces en contra del orden impuesto y las normas establecidas. Por comparación, el arquetipo del punk sería el bufón: el payaso que se quita la máscara y con su provocación se la quita a los demás. Lo que se ajusta a la afinidad que en el libro señalamos entre la filosofía epicúrea y el heavy metal, y la cínica con el punk. Por lo mismo decíamos que el heavy metal es libertario pero el punk es anarquista: coinciden en la reivindicación de la máxima libertad, pero al heavy le falta el compromiso político explícito y militante que sí tiene el punk.

Dicho arquetipo de la libertad romántica aparece en multitud de figuras en las canciones heavies. Vamos a repasarlas a través de 11 de ellas.

1. “Yo solo lo hago en mi moto” (Obús, 1981).


En esta canción, Obús recurre a la imagen del motero a lo Easy Rider que se salta las normas sociales y es perseguido por ello, usándola como metáfora de la libertad y la oposición a las normas dominantes.

Mi jefe me echó del curro
me he ligado a su mujer.
El dinero del subsidio
en gasolina lo gasté.
Con mi máquina a tope
soy el amo de la ciudad (…)
Sirenas oigo a mi espalda
intentándome alcanzar.
Me siento un loco acorralado
sin sitio donde escapar.
Controles policiales
hay por toda la ciudad
Directo contra el muro voy,
no me van a atrapar.
Rodando, fuera de control
Rodando, me siento mejor 

2. “Los rockeros van al infierno” (Barón Rojo, 1982).


Aquí Barón Rojo expresa los estereotipos contra la juventud rockera y cómo ellos prefieren vivir su vida a su manera aunque sean marginados por eso mismo.

Se oye comentar a las gentes del lugar
Los rockeros no son buenos
Si no te portas bien
Te echarás pronto a perder
Y caerás en el infierno
Si has de vivir en el valle del rock
Te alcanzará la maldición
Nunca tendrás reputación
¿Qué más da?
Mi rollo es el rock. (…)
Qué risa me da esa falsa humanidad
De los que se dicen buenos
No perdonarán mi pecado original
De ser joven y rockero.

3. “Corre, corre” (Leño, 1982).



“¡Corre, corre!” era el grito de los delincuentes cuando salían de algún atraco. Aquí Leño juega con la metáfora del joven delincuente y marginal perseguido por la policía, en la que el delincuente es quien no se somete a las normas establecidas y la policía es la sociedad que quiere atraparle para que sea uno más.

Corre, corre, corre,
que te van a echar el guante.
Lo tienen decidido,
debes ser otro eslabón.
¡Corre, corre!
Y tú desde muy crío
te saliste del renglón.
¡Corre, corre!
Hiciste en los billares
la primera comunión.
¡Corre, corre!
Eres un fugitivo
y nada vale tu opinión.
Corre, corre

4. “El que más” (Obús, 1984).


Obús también recurre a la figura del delincuente como símbolo de la rebeldía y la libertad. En la canción, “el que más” es otro joven delincuente que ha aprendido a ser libre al margen de la sociedad y sus leyes.

El que más
Levantando un coche
El que más
Pasándote costo
El que más
Tirando de un bolso
El que más
Burlando a la poli
Se pasó su época escolar
En el reformatorio
Aprendió que la libertad
Le gustaba (…)
Un hábil puente y un empujón
Y su mundo echa andar
Un segundo de su vida
Una aventura más, una más.

5. “Fuera de la ley” (Ángeles del infierno, 1985).


Ángeles del Infierno refleja aquí la persecución y los prejuicios contra el heavy metal por su forma de vida rompedera de los moldes sociales. Expresa la experiencia de estar vigilado y controlado por la policía cada dos por tres como sospechoso habitual solo por ese modo de vida.

Vas de cuero y usas jeans
y te gusta privar.
Vives de noche, el sol siega tus ojos,
hueles a vicio y alcohol.
Vives al margen de la autoridad, y para ellos
un sospechoso sin duda serás,
y estarás:
¡Fuera, Fuera de la ley! (…)
Los dedos te limpias con un algodón,
y restos de tinta te quedan.
Un nuevo expediente, peligro social.
Te apuntan con armas, no puedes hablar.
Después de unas horas te dicen:
“Por esta vez ya te puedes marchar”,
pero estarás:
¡Fuera, Fuera de la ley! (…)
¡Fuera, Fuera de su ley!

6. “Caso perdido” (Barón Rojo, 1985).


En esta canción Barón Rojo relata la vida de un individuo que, de repente, se da cuenta de que está convirtiéndose en alguien totalmente “normal” (alienado por la sociedad) y cómo decide vivir a su aire, en libertad y fuera de las normas sociales vigentes. Refleja el ideal epicúreo de renuncia a la religión y la política para vivir los placeres de la vida.

Rompió todos los moldes,
no quiso aceptar
un mundo tan vacío de creatividad.
Se fue a buscar otros lugares,
dejó su casa y su ciudad. (…)
Vagó sin rumbo fijo,
quiso disfrutar, vivió mil aventuras,
noches sin final. (…)
Cuentan que estando cerca su hora final
pasó de toda ayuda espiritual.
Su testamento fue muy corto,
fue un hombre libre de verdad.
Un caso perdido, un hombre sin moral.
Un caso ganado, para la libertad.

7. “Hijos de Caín” (Barón Rojo, 1985).


Barón Rojo invierte los papeles tradicionales de Abel y Caín. Ahora Abel es “Abel mezquino y cobarde, el siervo de su señor” y Caín quien “no entró en el juego y que se rebeló”. La canción contrapone a los hijos y de Abel y los de Caín, como metáforas de quienes se someten al orden establecido y quienes se rebelan contra él en un acto de osadía y de libertad a la vez.

Caín rompió con un gesto
su yugo de esclavitud.
Huyó del ojo implacable,
llevó su propia cruz
Perseguido por quebrantar una ley
que no entiende y que no cuenta con él (…)
Quizá los hombres seamos a un tiempo Abel y Caín.
Quizá un día destruya lo oscuro que hay en mí.
El destino no está marcado al nacer,
yo he elegido ser lo que siempre seré:
¡hijo de Caín!

8. “Peligroso” (Hamlet, 1992).


Hamlet expresa en esta canción los prejuicios contra el heavy metal por su forma de vida independiente, el rechazo que genera en la sociedad y su reafirmación en su forma de vida a pesar de todo. Utiliza como metáfora el escándalo que suponía, en su día, para los padres, que su hija tuviera un novio heavy.

Estoy lejos de una luna de miel,
estoy más cerca del infierno que él.
Soy más borracho que la gente normal (…)
No voy a la moda, no me mires así. (…)
Los vecinos me quieren echar:
doy mal ejemplo a los que vienen detrás.
En los garitos no me dejan entrar,
cuando paso se van los demás. (…)
Tuve una novia que podías flipar,
pero sus padres me querían matar.
“¿Dónde vas niña, con un chico así?”,
dijo la madre, “¡hoy te quedas aquí!”.

9. “La canción del pirata” (Tierra Santa, 2000).


El modelo de libertad romántica está expresada en el poema de Espronceda “La canción del pirata”. En ella se toma al pirata como figura del proscrito que vive su propia vida en el mar, fuera de la ley, donde no llega la jurisdicción de ningún gobierno. No es de extrañar que un grupo heavy como Tierra Santa le haya puesto música al poema.

Allá muevan feroz guerra ciegos reyes
por un palmo más de tierra,
que yo tengo aquí por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes. (…)
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria la mar. (…)
¡Sentenciado estoy a muerte!
yo me río (…)
Y si caigo ¿qué es la vida?
Por perdida ya la di,
cuando el yugo de un esclavo
como un bravo sacudí.

10. “El anticristo” (WarCry, 2005).


WarCry recurre a la figura del demonio como símbolo de rebelión y libertad frente a Dios como metáfora de autoritarismo y opresión. Poniéndose en el lugar del diablo expone su rebelión como un acto de libertad, reivindicando el derecho a pensar por uno mismo y a la sublevación contra los poderes ilegítimos.

Y, aunque hijo de él,
yo sé que he nacido libre.
Libre para elegir
cuál es mi decisión.
Tenga o no la razón,
me es indiferente:
el camino a seguir
tan solo lo marco yo.
Tan solo yo, tan solo yo.
Quería esclavos, no fieles;
se creía un padre
y era un dictador.
Todo aquel pueblo oprimido
Tiene derecho a la rebelión.

11. “Somos Belial” (Lujuria, 2019).


Lujuria también toma la figura del diablo para la canción que da título a su disco Somos Belial (2019). En ella se identifican con Belial, uno de los mil nombres del diablo, y que representa su lado más libertario y antiautoritario.

Si lo que quieres son fieles,
y les pides sacrificios,
con nosotros no cuentes,
si al placer lo llamas vicios (…)
Solo hay un dios en mi vida:
yo mismo soy el Señor.
Lo que tú llamas pecado,
yo lo llamo bendición (…)
Somos Belial:
el que no tiene dueño.
Somos Belial:
sin Dios, ni amo, ni reino.


Andrés Carmona Campo. (@acarmonacampo) Licenciado en Filosofía y Antropología Social y Cultural. Profesor de Filosofía en un Instituto de Enseñanza Secundaria. Coautor del libro Profesor de Secundaria, y colaborador en la obra colectiva Elogio del Cientificismo junto a Mario Bunge et alAutor del libro Filosofia y Heavy Metal (Ed. Laetoli, 2021).



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